sábado, 12 de mayo de 2018

Reseña: CRÍMENES DEL FUTURO, de Juan Soto Ivars.


Título: Crímenes del futuro
Autor: Juan Soto Ivars
Publica: Editorial Candaya
Páginas: 320
Precio: 18 €

Podemos pensar en el futuro como un lugar lleno de avances tecnológicos y médicos que nos facilitarán la vida o, por el contrario, como uno en el que retrocederemos a la época de la postguerra española, en muchos sentidos. Si te interesa más explorar un futuro de este segundo tipo más que del primero, puede que Crímenes del futuro, de Juan Soto Ivars, sea tu libro. Si quieres saber de qué va esta obra antes de decidirte por ella, no tienes más que seguir leyendo este artículo.
Imaginemos un futuro no muy lejano en el que la corrupción de los antiguos políticos acabó hace tiempo con la sociedad del bienestar y ahora es el Ente el que funciona como antes lo hacía el Estado. En este nuevo mundo donde impera el capitalismo nacional, el mercado impone los precios y las clases sociales están más divididas que nunca. En los pueblos, los niños solo estudian lo justo y necesario antes de tener que ir a trabajar con sus padres al campo mientras que en las ciudades, la gente pasa hambre. En este contexto nacería Julia, una niña tan lista, que su maestro hace todo lo posible por que consiga llegar a la Universidad para convertirse en la abogada que salve a sus padres de la miseria. Sin embargo, nada más llegar a Madrid, Julia conoce a César, un muchacho tan brillante como revolucionario que la arrastra a los arrabales y la hace cómplice de una sangrienta revolución de la que no todo el mundo tendrá conocimiento. Como Julia y Héctor, la modelo y el fotógrafo. Los dos han sido trasladados a una pequeña isla para llevar a cabo un reportaje fotográfico. Cuando pasada una semana nadie va a buscarlos, surge la crisis entre ambos. Finalmente, en la tercera parte de este libro, nos reencontraremos con un personaje que ya apareciera en la primera: Pálida, una mujer ciega que después de pasar por la cárcel es sometida a un novedoso tratamiento para recuperar la vista, lo que le traerá consecuencias no esperadas.
Crímenes del futuro es una novela distópica protagonizada por tres mujeres distintas entre sí que, sin embargo, pueden llegar a parecerse en la forma que tienen de relacionarse con los personajes masculinos en algún momento de su vida y en las malas decisiones que llegan a tomar. La primera de ellas es Julia, una chica inteligente que se enamora del primer chico que encuentra nada más llegar a un Madrid empobrecido y gris. Ese chico, César, pronto la lleva a conocer un mundo aún más marginal que el que ella conocía de antes, y la convence de que la única forma de salir de la pobreza es la revolución que acabará desencadenando una guerra.
Por otro lado, nos encontramos a Margarita, una guapa modelo con dotes para la escultura de la que su novio, Héctor, tiene celos por tener más talento que él. Cuando Julia y Héctor se encuentran solos en la isla en la que les han dejado para hacer un reportaje fotográfico, Margarita descubre la verdadera naturaleza de su amante y decide romper lo unen a él para, más tarde, convertirse en un ser salvaje en conjunción con la naturaleza.
Pero si hay alguien verdaderamente salvaje e indómita en este libro es Pálida, la chica ciega que tuvo que aprender a vivir sin su hermano, su mayor apoyo. La vida de Pálida tras la revolución y la guerra posterior será dura, primero viviendo en la cárcel y luego aprendiendo a usar sus ojos operados. Pero sabrá salir adelante. O no. Porque, ¿acaso hay sitio para ella en el mundo tras la guerra y una vez desaparecidos sus aliados?
Crímenes del futuro en definitiva, es una novela controvertida, en muchos aspectos, que gira alrededor de tres mujeres imperfectas que luchan por salir adelante en medio de un mundo cruel. Una obra que nos presenta un futuro desolador que no puede ir a mejor, a pesar o por culpa de los actos de las protagonistas. Un libro con el que pensar seriamente en el pasado, el presente y el futuro y con el que sé que muchos disfrutaréis. ¿Os atrevéis a comprobarlo?
Cristina Monteoliva

© Cristina Monteoliva.